De acuerdo, en 2014 hemos superado las cifras negativas de venta de coches y nos hemos dado cuenta de que el crecimiento, aun en épocas complicadas como la que vivimos, es posible. De repente estamos comprando más y más turismos, beneficiándonos del plan PIVE, que estimula la adquisición de utilitarios recién salidos del horno (beneficio claro para un sector, el automovilístico, muy castigado por la crisis; y beneficio para el parque móvil, que llevaba desde 2010 sin renovarse de manera clara).
Ahora bien, ¿es oro todo lo que reluce? Al contrario, pensamos que la extinción del plan de estímulos el año que viene provocará una nueva caída, porque la economía no está tan boyante como nos quieren hacer creer. Y por supuesto, en el cálculo de esta situación tenemos que incluir la variable de las piezas de desguace, que llegaron al terreno de la automoción con la crisis (ya existían antes, pero no en tan gran cantidad) y que parece que se van a quedar con nosotros durante un tiempo más que prudencial.
De hecho el panorama hoy en día es tan apasionante que el aumento de la venta de vehículos nuevos se ha visto complementado con un ascenso evidente dentro de los recambios usados y con otro aumento, también elevado, de los coches de segunda mano. De esta manera estamos en una época donde las tres alternativas se están ofreciendo al usuario de manera conjunta y sin problemas de ningún tipo. Lo que está permitiendo que la gente no solamente pueda pensar en coches usados, sino que también pueda hacerlo en turismos de nueva matriculación o en la posibilidad de instalar una pieza usada sin problemas de ningún tipo.
En esta situación ha tenido mucho que ver, desde luego, la incidencia de un proceso muy evidente: la elevación de la calidad de los recambios usados, que de repente han pasado por el filtro de las normativas ISO y se han convertido, por derecho propio, en la mejor solución para vehículos disfuncionales que hasta ahora no tenían demasiadas alternativas. Que existan desguaces no es algo malo, al contrario, es una manera de conseguir calidad a buen precio…
Pero lo mismo podemos decir del plan PIVE, es un recurso óptimo para quien tiene algo de dinero ahorrado y quiere invertirlo en un turismo nuevo porque el viejo ya le da demasiados problemas. Hoy en día no podemos olvidar que todo lo que hacemos depende, casi en exclusiva, de los recursos que tenemos, esto es obvio. Por eso te lo decimos claramente: si estás boyante y has conseguido ahorrar un dinero que no necesitas con urgencia para sobrevivir, invierte en un coche nuevo aprovechándote del plan PIVE. Pero si no es así no tengas miedo de la fiabilidad de la segunda mano, es una vía adecuada en los momentos actuales para la gente que no puede prescindir de su coche.